miércoles, 5 de septiembre de 2012

La Subasta del Lote 49, de Thomas Pynchon.

Título: La Subasta del Lote 49.
Autor: Thomas Pynchon.
Editorial: Tusquets.
Páginas: 184.

  Es la primera vez que leo a Thomas Pynchon, no estaba muy seguro de lo que iba a encontrar en sus páginas. Fui advertido de lo complejo de su mundo literario, pero definitivamente no estaba preparado para lo que me encontré en su novela..

.. acabo de terminar de leer La Subasta del Lote 49.. y no estoy seguro de haber entendido la novela, de haber captado el mensaje.. es más, ni siquiera estoy seguro de que haya un mensaje a ser entendido.
  La novela empieza cuando Edipa Maas recibe la noticia de que un antiguo amante la ha nombrado albacea de su herencia. De aquí en adelante Edipa emprende una jornada que la lleva a una serie de situaciones extrañas, delirantes, aparentemente inconexas, y es aquí donde empieza lo extraño del libro.
  Durante la novela, existe una atmósfera pesada de que algo está a punto de pasar, y a medida que uno avanza página por página, parece de que ese "algo" está por llegar. Como lector, uno no se siente cómodo, empieza a dudar de todo lo que va leyendo, a cuestionar, a tratar de encontrarle sentido.. a buscar un hilo argumental a seguir. Lo mismo pasa con Edipa a medida que avanza, se encuentra con extrañas coincidencias, personajes misteriosos, una red clandestina de correos, filtros de cigarrillos hechos con huesos humanos, un bar homosexual, nazis, una extraña obra de teatro, una familia alemana del siglo XVI; sí, sé lo que estás pensando: "¿qué tiene que ver todo eso con la herencia?".
  En su búsqueda, Edipa se sumerge en un mar de paranoia y delirios.. desconfía de todos, ¿será todo una farsa? ¿es todo real?.. y nosotros, como lectores, nos sumergimos con Edipa en ese mar, nadamos en él, y no podemos nadar hasta la orilla y abandonar el mar. Cada escena que vamos leyendo resulta como olas que nos alejan más de la costa, a medida que la lectura avanza, más nos ahondamos en la paranoia de Edipa.
  La sensación que me produjo el libro es como la de estar armando un rompecabezas en la penumbra, donde no puedo reconocer la figura que debo formar, ni tampoco puedo reconocer la pieza que tengo en la mano. O tal vez la de estar en una habitación casi a oscuras, en donde puedo ver la siluetas de los objetos, pero no soy capaz de determinar de qué objeto se trata. Es la novela más desconcertante que ya leí.
  Así como Edipa se siente desconcertada, paranoica, delirante, perdida; nosotros como lectores nos sentimos igual. Pynchon juega con nuestra mente. ¿Tal vez sea esa la intención de Thomas Pynchon? producir en nosotros las mismas sensaciones paranoicas y delirantes de Edipa. ¿Será ese el sentido verdadero de la novela? ¿Que nuestro propósito como lector, sea el mismo que el de Edipa? La búsqueda por el sentido en medio de todo el delirio.
  ¿Todo lo sucedido fue real, o simplemente fue el resultado delirante de Edipa?. La conclusión a la que puedo llegar, es que al finalizar el libro, uno termina con más preguntas que respuestas.. y un poco más paranoico.

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